Se recurre a las prótesis glúteas como segunda opción cuando no hay tejido graso disponible o éste es insuficiente. Los implantes glúteos son más resistentes, teniendo un tiempo de duración de hasta 20 años. Las prótesis son colocadas en una especie de bolsillos retro musculares (detrás del músculo glúteo mayor) desde una incisión única en la línea interglútea,
la cual se cierra quedando una cicatriz prácticamente imperceptible. El proceso de recuperación varía según cada organismo.